"La vida es demasiado fabulosa, para ser fabulada"
Dominique La Pierre



domingo, 14 de noviembre de 2010

Frapuccino cafe alto para Doris

Este par de semanas de trabajo maratonico en las que no he tenido de tiempo de plasmar mis vivencias en mi querido Diario, he tomado muchos cafés y he hecho varios fantásticos descubrimientos. El primero y mas significativo personalmente, ha sido darme cuenta que a la par de mi reconciliacion con mi imagen y mi cuerpo, he logrado la completa reconciliacion con mi nombre.

Mi nombre fue una causa de conflicto por anos, en primera porque parece un diminutivo y no soy muy afecta a ellos; en segunda porque se parecía al de mi madre y mi hermana mayor pero no era igual y en tercera, la razón mas importante, porque tenia que hacer constar su histórica existencia ante muchos amigos y conocidos que aseguraban que era un invento.

Cuando niña y adolescente, solía tener siempre a mano el Pequeño Larousse Ilustrado, para comprobar a mis detractores que mi nombre existía, era de origen griego y poseía significado propio, un significado por cierto, muy diferente al de Dora, nombre del cual todos aseguraban era un diminutivo. Mientras Dora significa regalo de los dioses, Doris significa doncella del mar, razón por la cual muchas de mis tocayas lo llevan compuesto como Doris Mar, la escultural vedette argentina famosa de la tele.

Siendo ya adulta, decidí no seguir peleando con el mundo para demostrar mi legitima existencia, así que cada vez que mi interlocutor me cuestionaba con sarcasmo si no era en realidad Dora mi nombre, yo les contestaba que si, que mi nombre real era Dora Isaura, pero como no me gustaba había optado por hacer un compuesto que incluyera las dos primeras silabas de cada uno Dor-Is. A la fecha hay mucha gente de esa época que vive en la creencia que me llamo Dora Isaura y no Doris.

En este momento he pasado ya a la tercera etapa, la de decir fuerte y claro a la cara de quien me pregunte que mi nombre es Doris y me gusta. Etapa de la que soy consciente gracias a un Frapuccino café alto que ordene esta tarde al que con mucho orgullo pedí que marcaran con mi nombre.

Al hacerlo me vino a la mente aquella parte de los diálogos de Tienes un E mail, en la que Tom Hanks platica con Meg Ryan sobre como ordenar un café en un Starbucks era mas que una orden, toda una definición de identidad:

Alto moka decaff capuccino
Grande non fat doble shot macchiato
Venti soya milk non fat deslactosado frapuccino

La capacidad de articular en segundos una orden especifica de café con todos los detalles de tamaño, composición e intensidad, nos ejercita en el arte de saber exactamente quienes somos y que queremos en ese momento y por eso a la orden la marcamos con nuestro nombre: Para Doris fuerte, claro y con cariño en absoluta identidad.

1 comentario:

Y tu, ¿qué cuentas?