"La vida es demasiado fabulosa, para ser fabulada"
Dominique La Pierre



jueves, 29 de diciembre de 2011

Volando

Vamos elevando el cuerpo hacia arriba,
ya la mente rompe atmósferas y juguetea arriba...
El alma sube al cielo y sonríe desde arriba,
el amor descubre el Todo y ama, amándose, desde arriba...
Y aquel nudo amagante, que tronchaba mis entrañas,
por fin se ha disuelto, dejando al sentimiento planear, libre desde arriba...
Y ahora que todos mis yos etéreos han aprendido a disfrutar la altura,
busco la forma y la ayuda para elevar el cuerpo.
¿Pondrán mis manos hacerlo? ¿lo hará mi vientre o mi pecho?
¿llegará algún cuerpo amigo que me ayude a sostenerlo?
Manos, vientre, pecho, cuerpo amigo y todos juntos
¡Vamos elevando el cuerpo hacia arriba!



sábado, 3 de diciembre de 2011

Feria Internacional del Libro Guadalajara 2011

Una feria se define como un evento social, económico y cultural en el que el factor diversión es elemento primordial... En mi caso, nunca había encontrado una que despertara mi interés genuinamente, así que como casi todo lo que pasa en mi turística vida, fueron mis circunstancias de vida y trabajo, las que me permitieron por primera vez, disfrutar de una grandiosa feria que, para añadir memorabilidad al asunto, estaba celebrando su vigésimo quinto aniversario.

La experiencia fue tan buena, que a unas cuantas horas de haber abandonado el evento, ya siento nostalgia de esta ahí, tan sólo por ver el cartel oficial en mi página de Facebook.

Los días ahí transcurridos fueron para mi una fiesta energizante y renovadora; llena de alegría, colores brillantes y magia. Magia brindada por el núcleo de fuerzas creado con miles de almas vibrantes de vida. Almas de papel, almas de tinta, almas de imagen, almas de música, almas móviles, almas expectantes. Todo lo bueno y felíz que hay  en la vida, todo lo bueno y felíz que hay en mi vida, se dio encuentro en esa gigantesca exhibición, para desfilar ante mis ojos y tocar mi ser, en todas las formas posibles que se puede tocar a alguien. Una cadena de eventos que conservaré en mi memoria con alegre celo y de la cual, trataré de extraer los eslabones más significativos:

Los Visitantes
El paisaje y energía de los visitantes constituyen a mi gusto, el sello distintivo de esta Feria. Niños curiosos escuchando cuentos en grupo. Pequeñas personitas tiradas de panza en las islas, haciendo alarde de lo bien que han aprendido a leer en la escuela, mientras explican a sus padres lo que encuentran en sus libros. Adolescentes aspaventosos, dejando ver quien son con sus estrafalarias vestimentas,  sus risotadas estudiadas, o sus coqueteos pseudointelectuales, pretendiendo impresionar al sexo opuesto, exhibiendo la portada de alguna novela negra entre sus manos...

Adultos de todos colores, intelectuales pretensiosos hablando con la boca chueca, mientras pronuncian con desdén cada sílaba en sus palabras; profesionistas especializados, vagando con lupa por cada puesto de exhibición, en búsqueda de ese justo libro, que habla de ese justo tema, que justamente a él le interesa.

Jóvenes padres a la caza de libros rebajados, de forma que puedan hacer rendir el presupuesto asignado y conseguir un detalle para cada miembro de la familia... pacientísimos busca tesoros, dispuestos a encontrar regalos prenavideños a precio de remate.

Gruppies, fans, seguidores, de algún determinado pensador o autor presente en la feria, dispuestos a gastar las horas necesarias para absorber toda la sapienza posible de sus objetos de atención... Horas para entrar a la presentación del libro; horas para la firma de autografos, horas incluso para pagar la obra recién lanzada en la caja asignada, y por supuesto, después de todo este exitante ritual, horas para devorar las líneas recién adquiridas, o como quien dice, para dar la fiesta de bienvenida al nuevo compañero de vida, que tras empaparnos de sus ideas, quedará para siempre en nuestro almanaque de amigos eternos, pues cualquier lector sabe por experiencia, que un libro es es más incondicional y fiel de los amigos.

Los autores
Por razones de trabajo, no me estuvo permitido disfrutar de un encuentro con el sinnúmero de autores que animaban la feria, sin embargo los pasillos siempre son generosos y de una u otra manera te permiten tener contacto con algunos...

De la cita con Jodorowsky ya hablamos, ahora estoy devorando mi pequeña y profunda adquisición del autor,que ya les compartiré cuando termine de desgustarla.... por el momento, les adelanto que está resultando, deliciosa...



El mismo día de la cita con AJ, otro "autor" si podemos llamarla así, presentaba su libro, un libro que fiel a su creadora, en muchas páginas, cumple con el fin de no decir nada. Así es, la precandidata blanquiazul a la presidencia de la república, realizó una improvisada firma de autografos a  las puertas de la isla de su casa editorial, aprovechando el momento para promocionarse a sí misma y de paso al fátuo librito... Lo que es un hecho, es que la escena fue divertida y aleccionadora, pues la visión de aquellas personas sonrientes, haciendo remolino en torno a la señora y comprando de improviso el libro para conseguir el autografo, me recordó que  sin importar lo vehementemente que uno crea tener la razón, siempre habrá otros que opinen que estás equivocada. En este caso yo no doy un frijol por la Chepina, más está claro, que hay muchos que darían sus ahorros de la semana.




¡Me vale madres! es el título del más reciente libro de Prem Dayal, otro músico, poeta y loco de los que invariablemente encuentran cabida en mi rincón de las simpatías. Sentado en una esquina, calzando unas horrendas sandalias, enfundado en unos lamentables pantalones de manta, cubriendo su pecho con una insignificante playera y su cráneo con una suerte de alambres que simulaban cabellos, Prem Dayal ciertamente no sobresalía por su apariencia, pero sí deslumbraba por su sonrisa.  Las reacciones de la gente que pasaba a su lado eran muy graciosas, pues en su gran mayoría, iban acercandose a él con tiento y duda, acortando la distancia con precaución, hasta llegar a su lado para lanzar la invariable pregunta: "¿Eres tu?, ¿me puedo tomar una foto contigo aunque no tenga el libro? ¿Me puedes autografiar el programa?"  Para disgusto de la editorial, él asentía con gusto a todo, asegurandose de entablar con cada visitante fortuito, alguna íntima confidencia, y me atrevo a decir que así era, por el tono de intimidad que tomaban tanto la voz, como la mirada de los visitantes. Estoy segura que no vendió muchos libros esa tarde, pero definitivamente regalo buenos ratos y lo que pensaran sus promotores "le valía madres"...



La relación que un lector crea con un autor, puede depender muchas veces más, de la aventura que implique leer alguna de sus obras, que de su arte narrativo en sí mismo. En mi época de convento, hice varias travesuras, pero ninguna tan memorable y deliciosa como un tarde perezosa en Acapulco, cuando mientras todas mis compañeras dormían obedientemente su siesta, yo me escondía detrás de la cama más arrinconada del condominio que habitabamos, para leer "Las niñas bien" de Guadalupe Loaeza, narración por demás superflua y por tanto prohibida, dentro del elenco de lecturas aprobadas por nuestra directora.  Si bien el libro es muy sencillo y de rápida lectura, yo nunca me he esforzado tanto por leer algo tan rápido en mi vida. Contaba con 5 períodos de media hora cada uno para terminarlo, tiempo que duraba la siesta y las vacaciones en Acapulco.... y eso, si no era descubierta antes por alguna superiora o compañera que frustraran mi aventura literaria transgresora.  Todavía me da risa recordar esos momentos y por tanto, aún guardo un lazo de complicidad casi cariñoso, con la autora y su libro. Por esta razón que sólo yo conozco, no oculté mi agrado cuando me topé con ella frente a frente en mismo pasillo donde estaba mi stand. Me dio gusto verla por mi muy intima travesura y me agrado ver lo guapa que se ve, sin duda ha envejecido con mucha gracia y poco botox, una de las tantas razones que tendrá para presumir de sí misma, como tanto gusta hacerlo, en su nuevo libro "El arte de ser abuela"... De hecho he pensado comprarlo y guardarlo sin abrir, para leerlo a escondidas de mis nietos en un futuro. Mis nietos y nietas serán sin lugar a dudas críticos, snobs, pseudointelectuales o intelectuales definidos... estoy casi segura de ello, pues mis hijas serán sus madres y a ellas les viene el gen inconforme y burlón, por parte de madre y padre. Por lo tanto, no les hará gracia que su abuela lea las fatuidades de la "abuela bien", y eso me dará un pretexto para cometer otra travesura superflua, que me ayude a atesorar sonrisas.




Fernando Vallejo, Juan Gelman, James Elroy, Elena Poniatowska, Herta Müller, Vargas Llosa, Sicilia, Bucay, Cristina Pacheco, Savater, Almudena Grandes, Marcela Serrano, Alvaro Uribe, Magú, Sara Sefchovich, Xavier Velasco, Antonio Skarmeta, Nicanor Parra que estuvo presente en el júbilo de todo el pabellón Chileno festejando su Premio Cervantes y decenas más que se me escapan. Escritores, narradores, historiadores, creadores de seres de papel que susurran palabras, desenmarañan nudos, arman y resuelven laberintos. Compañeros con voces de tinta y celulosa, que en esta fiesta congregan su seres tridimensionales y carnales, para lograr un encuentro con todos los otros anónimos, que enlazan por la pluma a su existencia.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Bautismo de vida

El día de hoy me sumergí en un bautismo de vida y juventud. Ríos de niños grandes, medianos y chiquitos, inundaron los pasillos de la feria en la que participo, salpicando de agua cantarina todos los rincones por donde pasaban.

Niños exultantes de vida, arrebatados de energía... Niños vivos y brillantes, para los que todo sucede AHORA. Luminosos protagonistas de un presente exitoso, atiborrado de instantes perfectos. Nudos de acierto, en proceso de encontrar la mejor ruta para recorrer el camino, que ya van andando.

¿Quién se atreve a canalizar a estos divinos núcleos de energía? ¿Quien tendrá la fuerza, la calma y la vida para encauzar tanta dicha? Seguramente aquel con suficiente luz en los ojos, para ver a través de la luz. El de suficiente fuerza en los brazos, para nadar de pecho en el mar de la alegría, surcando mil olas, dibujando sinfin de esthelas espumeantes...

Lo pienso y lo confirmo, son felices aquellos que pueden vivir su vida rodeados de la bendición infinita de los niños, esos que conectan sus corazones a la energía creadora de la juventud... Y como seres benditos, deberían ser protegidos y honrrados con todos los medios y cuidados... Hacerlo sería la máxima señal de reconocimiento, para aquellos que cuidan nuestros más preciados tesoros. Esos cachitos de estrellas doradas, que iluminan el santuario del AQUI Y AHORA.