"La vida es demasiado fabulosa, para ser fabulada"
Dominique La Pierre



domingo, 24 de junio de 2012

Sex and the city y lecciones para disfrutar la vida

Reconstruir una vida desde los cimientos, implica austeridad, de ahí que esta mañana tras resolver que debía incrementar profundamente el amor a mi misma, empecé a buscar en la web algo que leer o meditar para redirigir mi energía hacia ese gran proyecto. Decidí que la opción para hoy era, ver la película de Sex and the City 2, misma que desde su lanzamiento hace dos años, fui aplazando por absoluto desinterés... hoy sin embargo, se me antojaba que un poco de moda, glamour y vanidad, podrían ser de ayuda en mi trascendente empresa... Lo mejor de todo, sería gratis ya que la peli se encuentra en la web.
Mi decisión fue correcta, un escaparate de zapatos y ropa maravillosa, siempre será adecuada inspiración para una mujer, sin importar lo atormentada que se encuentre por las consecuencias de sus múltiples y trascendentales errores. Hay que tratarse con cariño, perdonarse y procurar ser tan felíz y alegre como sea posible. Finalmente mientras haya vida, nuestro único deber es agradecerla.
Recordé muchas cosas mientras la secuencia de imágenes pasaba frente a mis ojos: Mis años de fiesta y excitación, constrastados con este último de reconstruciión, orden y vida sencilla; la innefable compañía de mis amigas ahora tan lejos de mi por geografía;  el sabor de esta nueva disciplina vital y sus muy buenos frutos brotando.
En algún punto de mi vida, que no es preciso pero presciento, decidí pactar con la prisa y la exclusión. A partir de entonces todo lo que hice lo hice corriendo, al tiempo que me convencía a mi misma de que si optaba por una actividad, entonces era necesario excluir muchas otras... No me extraña por tanto haberme "quemado" antes de los cuarenta, agotada y atascada en un completo desorden humano, financiero, físico y afectivo, que como bien me dijo alguna vez un sabio amigo, no eran propios de mi edad.
Amar cada aspecto de la propia existencia, vacuna contra el miedo y quien vive confiado, avanza sin violencia y sin prisa... no hay ansias de terminar lo que se disfruta en cada fase del proceso... saboreando los minutos. Darse tiempo para peinarse, escoger el atuendo adecuado, los accesorios, pueden parecer ejercicios superfluos, que sin embargo, entrenan para realizar las empresas que ocupan nuestra historia, con el mismo detalle, interés y paciencia.
Por ocho años viví en un regimen militar, donde se nos hacía creer que hacer mucho en el menor tiempo posible, era la mejor manera de lograr satisfacción. Siendo tan joven como era en esa etapa, ha sido un trabajo arduo desaprender tal falacia para descubrir el valor de lo bien hecho con calma. Vale más una tarea bien hecha que se ha paladeado a cada etapa, que mil realizadas a la carrera. Quienes saben de chacras, dicen que el chacra que nos une a la tierra, a lo material y fecundo, se nutra y energétiza en la medida que se afirma que nuestro ser es abundancia, serenidad y paciencia. La luz roja que simboliza la infinita riqueza que es en sí la existencia.
Ya me imagino lo que estarán pensando: ¿Cómo puede esta tipa sacar tanto rollo de semejante churro palomero?... Qué le puedo decir, el que busca encuentra, hasta en lo lugares menos sospechados.
¡Y que viva la calma!



domingo, 17 de junio de 2012

Moliére por ella misma.... Con Karla Blanco Díaz

Pocas experiencias tan satisfactorias, como ser receptor de la entrega auténtica de un artista verdadero. Anoche regresé a mi rincón preferido de la ciudad, una casa que parece estar viva y se ha autoerigido como "La Morada del Teatro".  Me gusta visitarla a menudo porque siempre la encuentro cambiada, como todos los seres vivos, se mantiene en constante movimiento.

En esta ocasión la encontré orgullosísima, pues le han dado a estrenar nuevos vestidos, todas sus paredes interiores fueron remosadas con tonos púrpuras y rojos encendidos, haciendo contrastar sus coquetos pisos verde esmeralda, para hacerla lucir sofisticadamente acogedora. Todos los concurrentes nos sentimos complacidos con el nuevo estilo del lugar, y prueba de ello fue que la gran mayoría nos quedamos buen rato después de la obra, sólo por estar disfrutando de esta renovada atmósfera.

Y ya que estaba vestida de gala, era propio que su rincón más sagrado, el escenario, exhibiera un espectáculo digno de su renovación. "Moliere por ella misma", un manjar delicioso en cuatro matices: un texto ingenioso da la nota de entrada, un escenario original y estratégicamente iluminado crea el ambiente, una dirección cuidada en ritmo y matices garantizan la expectativa, y por supuesto, la entrega absoluta de su actríz, Karla Blanco Díaz,  al personaje, dejan en el público el buqué de la satisfacción memorable.

La obra, desarrollada a partir de un texto de la dramaturga belga Francois Tyrion, nos presenta con gracia e ingenio, la vida y carácter de Jean-Baptiste Poquelin, llamado Molière (1622-1673), dramaturgo y actor francés, considerado como uno de los más grandes comediógrafos de la literatura universal.  Desentrañando el carácter apasionado de Moliére, Tyrion le da vida actual, permitiéndole apoderarse del cuerpo de una conferencista especializada en las ponencias sobre grandes literatos.

Indefensa ante la fuerza intempestiva de este gran genio,ignorante de la magnitud de su talento, la joven ponente tras débiles intentos por mantener a raya al espíritu que la posee, cede a su embrujo permitiéndole expresar todo de sí a través de su cuerpo. La actríz Karla Díaz desaparece para prestarle cada poro de su piel, cada vena, cada mirada, cada gesto y movimiento al pícaro fantasma y todo su cuerpo habla. Marioneta, acróbata, mimo, payaso, loco, histérico encolerizado, enfermo catatónico, todo eso es Moliére en Karla y Karla en Moliére. A título personal he de decir que hacía muchos años que no presenciaba en vivo a una actríz igual. Conocedora de su arte y naturalmente dotada de talento histriónico, esta joven artista engancha el corazón de sus expectadores, quienes seguramente no dejarán pasar nunca, la oportunidad de verla honrrando el escenario, en cualquiera que sea el papel que realice. Al menos yo buscaré la manera, de volver a encontrarla.







domingo, 10 de junio de 2012

Carnage, un Dios Salvaje

Este fin de semana "me dí la oportunidad" de ver "Carnage" (Un Dios Salvaje, su título en México), de Roman Polanski.
Procuro no perderme nunca un largometraje del controvertido director franco-polaco, pues siempre me resulta seductora su forma tan única de dar matices a los dramas que viven sus personajes. Ese ceceo casi imperceptible con el que pincela los escenarios donde se desenvuelven, retándote siempre a contemplar cada detalle, pues es sabido para quienes lo seguimos, que la tímida violeta colocada en el borde de la ventana, puede convertirse en algún momento de la trama, en protagonista de la historia al menos por un momento.
Esta sinfonía de sutilezas no falta por supuesto en "Carnage", máxime aún cuando se trata de una pieza teatral adaptada para el cine, desarrollada en unidad de tiempo y espacio.
El desarrollo de un diálogo en apariencia plano y constantemente enervante, de dos matrimonios tratando de conciliar sus diferencias, tras una disputa entre sus respectivos hijos varones, es el pretexto para fotografiar casi todos los matices de la naturaleza humana, en su parte femenina y masculina. Ellos solos se van metiendo, con ceguera obstinada, dentro de una trampa de convivencia social, donde finalmente se ven forzados a pasar de su yo más aparente, a su yo más expuesto y visceral. A la intimidad absoluta de sus personas, que aflora ansiosa de expresar toda la rabia, frustración, desacuerdo, debilidad y miedo guardado tras la careta de la convivencia civilizada, conciliadora y políticamente correcta que intentaban lograr en un primer momento.
Sólo cuatro grandes del manejo histriónico podrían presentarse para asumir este reto, tan a la "Doce hombres en pugna", ya que la falta de acción y desplazamiento de escena, requería de actores grandemente dotados de elocuencia vocal, gestual y presencia... maestros a fin de cuentas de los sutiles matices, al igual que su director. Así pues Kate Winslet, Jodie Foster, Cristoph Waltz y el sorprendente John C. Reily, logran casi sin esfuerzo mantenerte absolutamente absorto en su desquiciante discusión. Construyen con gracia un callejón sin salida hecho de terquedades, sólo para al final dejarnos ver, como siempre que lo intentamos con demasiado ahínco, lo único que logramos es complicar lo que era simple, sufrir inecesariamente, agotarnos buscando solución a lo que ya se estaba solucionando....
Don´t try to hard, suelen decir los norteamericanos, verdad invaluable aporta gran paz, a tantos seres humanos, que un día sí y otro también, nos tomamos tan en serio, autómatas del miedo nos aferramos a nuestras creencias y elucubradas "soluciones", sin darnos cuenta de que la vida siempre sigue su curso... es mucho más ligera y felíz de lo que intentamos que parezca.
Dos silentes escenas al inicio y final del film nos hacen patente el fin de la obra, con la suavidad casi desesperante tan propia de Polanski.
Serena belleza...