"La vida es demasiado fabulosa, para ser fabulada"
Dominique La Pierre



martes, 4 de enero de 2011

El sueño

Esta es la historia de un sueño, que comenzó una noche de luna, con un hombre desnudo entrando en el mar. Como todo en los sueños el suceso fue confuso, a ratos excitante, a ratos suave y calido. Por momentos deslumbrante, con instantes de desconcierto y explosiones de gozo. Fue cortante al despertar, doloroso al día siguiente, dulce y sedoso al pasar de los días, como dulce y sedoso era el abrazo que me envolvía por las noches que duró...

Esos sueños, mitad encanto, mitad pesadilla suelen ser los que recordamos con mayor intensidad, pues su dualidad los torna intensamente sorprendentes e intimamente parecidos a la realidad.

Algunos sueños comienzan de noche, al cerrar los ojos. Otros suceden de día, cuando los abrimos. Dulces o amargos, sedosos o recalcitrantes, son sólo estelas de luz y aroma, que matizan la vida o la añaden contraste, pero nunca llegan formar una parte real de esta.

1 comentario:

  1. Buena manera de contar un sueño dentro del sueño, alegórico, profundo y sensorial, me gustó.
    Sí, hay sueños que comienzan cuando se abren los ojos... Son los que se podrían llevar -paradógicamente- la acepción más utilizada de la palabra.


    Saludos
    Jeve

    Jeve y Ruma

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