"La vida es demasiado fabulosa, para ser fabulada"
Dominique La Pierre



domingo, 9 de enero de 2011

Pateando loncheras

Este viernes, después de celebrar el día de reyes con mi equipo de trabajo y de definir los objetivos del 2011, me uní a la fiesta con G y M a quienes se les había encomendado la tarea de compensar a L por la fiesta de fin de año perdida.

Así es, a L no se le permitio ir a la playa a ver el amanecer primero del 2011, pues su padre considero que G, la hermana de L y esta Chiu tan linda, no eramos dignas de confianza para encomendarnos a su princesita adolescente.  La pobre chiquilla, se fue a casa muy decepcionada por lo que G decidió, encontrar la forma de darle a L su fiesta de "No Año Nuevo". La idea era sacar a L a disfrutar de la vida nocturna cancunense, custodiada por su inteligentísima hermana, la ocurrente M y yo.

Escogimos como destino, un canta bar llamado Dubai, en el que se reune toda la chaviza de esta selva viperina, motivo por el cual, cuando a algún adulto contemporáneo como nosotros, se le invita a ir al Dubai, suele poner cara de sólo si no queda más remedio, pues a estas alturas, a nadie nos gusta, ir a patear loncheras, dicho empleado para especificar que anda uno bailando, entre pubertos imberbes. Para ser honesta, a mí no me entusiasmaba mucho la idea pues estar entre tanta jovencita modelo, me resulta incómodo y humillante, pero L se merecía pasar una noche divertida y M consiguió las entradas gratis, así que decidí esforzarme por disfrutarlo. Después de todo, esa noche marcaba el final de una semana de gran desconcierto y desgaste, dada mi último desbalance sentimental. La idea entonces era bailar, tanto como pudiera, así comenzó una ronda de rumba muy particular.

El Regular´s Lover

Una de las grandes ventajas de la era moderna, es no necesitar pareja para bailar y ponerte de buen humor al ritmo que te lleve la música, ventaja de la que hice uso por la primer hora y media de la velada. Así que ahí estaba yo, muy feliz bailoteando en el vestido negro que había comprado para recibir al "susodicho" que no llegó, muy pegado para que se noten los efectos de la dieta, con bordado rocakrolero pero de falda en A por encima de la rodilla, para sentirme absolutamente libre. De repente sentí una mirada clavada con mayor insistencia, acompañada de una voz de patán ebrio que decía:
- Sí es regular, muy regular, completamente regular de hecho.
Entorné la mirada y vi a dos tipos que me examinaban con detalle, a sólo cinco pasos de mí. El más bajo me buscaba la mirada al tiempo que escuchaba al amigo alto que tras escanearme, dictaba su diagnóstico: "Muy regular".
Sentí una mano  sobre mi brazo y vi que se trataba del tipo bajo que había consultado a su amigo patán. Al parecer lo regular le agradaba y me invitaba a bailar con él. Pero como yo soy una freak lover y lo regular no me convence demasiado, decline la invitación con una fresca sonrisa y me situé fuera de su alcance.

Lucca

El pobre muchacho italiano, procedente de Rímini, una hermosa ciudad al norte de la península mediterránea, cuyas orillas se bañan con las frías aguas del mar Adriático, nunca imagino que su aventura por un antro de la ciudad de Cancún, le dejaría tan amargo sabor a derrota. Lucca tiene unos veintisiete años, es corto de estatura, de cuerpo bien formado sin llegar a ser deslumbrante, ojos claros y cara de niño. Esta última cualidad, se convirtió esta noche en el motivo de su desgracia.

L llegó a Cancún tras romper con su novio, quien no ha manejado caballerosamente el rompimiento, por lo tanto, G y yo hemos ideado la forma de ponerle al chámaco un estate quieto, o al menos darle unos calambres. La idea era simple, encontrar un chico guapo con quien fotografiar a L para poner las fotos en el FB y de ahí, pues dejar que se desgrane la historia. Finalmente todos los machos son iguales, les gusta abandonar los territorios conquistados para saborear las mieles de nuevas victorias, pero odian en el alma que otro llegue e invada, lo que en su territorial mente, creen que les pertenece.

G lo escogió. L lo aprobó y M con su particular desparpajo, se acercó y le explicó el plan al pobre Lucca. Este accedió de buen grado y la sesión fotográfica inició. Tras unas cuatro tomas, agradecimos al chico su gentileza y M se puso a bailar con él.  Lucca se sintió halagado por la atención que M le prestó y entusiasmado, quiso contarle a nuestra ocurrente amiga, todo lo relacionado con la historia, cultura y política de su ciudad natal. Como la música era alta, Lucca hacía la reseña, pegando su boca al oído de M para que ésta no perdiera detalle. La chica intentó cortarle la platica gentilmente un par de veces empezando con mayor energía el baile, cada nueva rola, pero sus esfuerzos fueron inútiles. El oído le punzaba de tanta palabrería y la paciencia agotada, la hacía hacer bizcos. G y yo nos moríamos de la risa, pues por andar de coqueta, se había ensartado en un laberinto sin salida, pero ya después de reírnos suficiente, decidí salvarla de su martirio y haciendo alusión a mi fluidez con la lengua italiana, empecé a hablar con Lucca o mejor dicho, a prestarle mi oído para que él me hablara a mí, de las cuantiosas maravillas de su tierra. Sin embargo, mi oído también empezó a zumbar y mi paciencia también se agotó haciéndome torcer la mirada hacia M, a quien le prometía matarla en cuanto el martirio terminara. Ella se reía mucho pero me hizo una seña, con la que prometía rescatarme. Pocos segundos después, una mano me tomo por el codo y escuche una voz que le decía a Lucca:
- Lo siento pero tenemos que bailar
El brazo maestro me sacó del sitio en el que estaba y el pobre italiano, se quedo solo en la mesa, buscando en G a su siguiente presa, pero mi querida amiga michoacana no se anda con medias tintas, y simplemente le dijo que no con la mano y fue categórica con un definitivo - Ni se te ocurra-
De reojo lo vi alejarse con cara de desencanto y ser tragado por las luces de neón de nuestro antro.

Ceniciento

Es ritual habitual para una mujer soltera, especialmente una que desea sacudirse amores pasados, llegar a un club y recorrer con la mirada su alrededor para evaluar las posibilidades. En este caso yo no fui a excepción. En el recorrido de mi mirada situé a un trío de cabroncitos fresas, muy bien formados, mejor vestidos y mayores de edad, por no decir contemporáneos. (Recordemos que era un bar de pubertos). Siempre he sentido debilidad por los cabrones pero si los veo muy blofferos los descarto de inmediato y este fue el caso.

Como segunda opción, mi radar detecto a un par de rockers típicos: Camiseta negra, collar de cuero con colguije étnico, jeans cuidadosamente seleccionados, al menos 10 horas de gimnasio semanales y cabello rapado. Excelentes opciones de no haber sido por la edad, pues a todas luces se veía que les estaría llevando unos 7 años y consagrarme como "Cougar" o asaltacunas, nunca me ha apetecido.

Estaba ya casi resignada a dejar por la paz el escaneo, cuando otros dos de mis estereotipos se perfilaron ante mis ojos: Un canoso cuarentón cara de pícaro y un flaco correoso de mirada incisiva. Exacto, las canas me gustan, los "flakos" también y las miradas pícaras o incisivas despiertan mi curiosidad inmediata. Los objetivos estaban localizados ahora no quedaba más que disfrutar la noche y dejar que el contacto visual ocurriera, o lo que es mejor, que M entrara en acción y los trajera hacia a mí en el momento preciso.

El flaco, a quien llamé ceniciento, llegó  a invitarme a bailar por intercesión de M, a la que no se le ocurrió mejor manera de rescatarme de las garras lingüísticas de Lucca, que decirle a Ceniciento que a mí me había gustado desde que lo vi, razón por la cual mi objetivo uno, se decidió a tomarme por el brazo y llevarme a bailar lejos de nuestro italiano parlanchín. 

El "mushasho" era de Chihuahua, había salido con sus amigos a despejarse un rato de la chamba. Toda la noche estuvo muy tranquilo, interactuando sólo con su grupo de amigos, sin prestar demasiada atención a ninguna falda y de hecho su cortesía para conmigo, había tenido más que ver con el rescate que con cualquier otra intención. Amigable y businero, inmeditamente me habló de su empresa y de las posibilidades de poder hacer proyectos asociados con mi trabajo. Fuera de eso, puro baile y fue precisamente bailando, que sentí que llevaba atorado el el dedo un papel y debajo de este palpé una alianza de matrimonio. Me reí mucho al notarlo, parece que en lugar de proceso de selección, siempre termino apuntando a donde no debo.

El "shihuahuense" resultó ser tremendo bailarín, cualidad que me sorprendió por demás, pues toda la noche apenas y había seguido el ritmo de la música con los pies. Para mí resultaba perfecto, pues justo a esas alturas de la noche, el DJ había lanzado todas la piezas guapachosas, de las que se antoja más bailar acompañada. Yo giraba y giraba como pirinola, pero a eso de la tercera pieza, uno de los amigos de su grupo se acercó y le dijo algo rápido al oído, tras lo cual Ceniciento se quedó paralizado, reflejando en su rostro sorpresa y preocupación. Me adelante a la situación y antes de que entrara en explicaciones, lo animé a irse donde sus amigos e inmediatamente salió corriendo, dejándome a medio giro en la pista, justo cuando empezaba otra guapachosa cumbeachera. Nunca regresó y tampoco ninguno de sus amigos, por lo que se me ocurrió nombrarlo Ceniciento. Huyendo a mitad de la noche con urgencia despavorida, como si el hechizo estuviera por romperse y fuera a convertirse en calabaza.

Diego

Tras la repentina desaparición de mi guapo Ceniciento, el baile de a sola continuo por unas cuantas rolas más. La noche casi terminaba y el DJ anunciaba la inminente retirada comenzando el bloque de Banda Duranguense, signo inequívoco de fin de la fiesta para cualquier antro de Cancún. Era el inicio de la última hora de música y el lugar había perdido ya por completo a su público puberto, dando espacio en mesas y pista a todos los adultos contemporáneos con permiso de ver el amanecer y L, claro, que por ir con nosotras seguía ahí a pesar de sus tiernos años.

Esta vez me tomaron de la mano, había espacio suficiente para movimientos amplios, y resultó ser el Canoso, o segundo objetivo que me estaba invitando a bailar las norteñadas.  Uno más, uno menos en semejante ronda, qué más daba, a bailar se ha dicho.  Manejamos bien ritmos y distancias hasta que por la tercera rola, el DJ nos sacó una carcajada.  Un ritmo medio pop, medio balada ochentero se oyó sonar en los bafles y la voz gangosa de Diego Verdaguer vibró por fin  inesperadamente con la clásica:

" Tu, eres la ladrona, que me robó, el corazón"

El canas y yo no parábamos de reír por lo inusual de la puntada y tras varias risotadas, los dos dejamos en evidencia nuestros años, haciéndole coro al greñudo argentino, sin fallar en una palabra.



Amanecer

G y M se levantaron de la mesa, comenzaron a despedirse de los conocidos de al rededor llamándome con la mirada, para emprender retirada. Me despedí de Diego Canas dejando que siguiera bailando sólo y me uní a mi banda para tomar camino a la playa. L no había podido disfrutar el amanecer del año nuevo y era hora de llevarla a disfrutar del sol naciente, aunque fuera una semana después.

No había motivo de queja, la noche había sido sorprendente, amena y divertida. Nada mal para ir a patear locheras después de todo.












6 comentarios:

  1. Wow, Doris que buena resen/a, senti que andaba de antro con ustedes, jaja. Que bien que te hayas divertido y tirado unas canitas al aire con todos los aludidos y que terminaras la bailada con el canas ese...moria de risa al final, que cosa es la memoria musical, no? El cerebro es impresionante..."La Ladrona"? pense, me suena familiar pero no la ubicaba. En cuanto hice click en el "play" inmediatamente me supe toda la cancion! Y hasta me acorde del disco de Amanda Miguel que pedi en una navidad! (shhh!)

    Gracias por compartir tus aventuras y hacerme sonreir, saludos!!

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  2. Jajaja, no lo puedo creer, no te imagino pidiéndo eso de Navidad ni por error, muy divertido.

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  3. Jajaja, tengo años de no divertirme así en un antro!! :)

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  4. Muy divertida y entretenida historia!! La foto esta fregonsisima =D Saludos!!

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  5. Vaya anecdota Doris, eso de patear loncheras se me dio el sabado, rodeada de un mini antro lleno de jovencit@s menores de 20, de verdad pense que seria aburrido pero al final fue una super velada con mis amigos de toda la vida, quiero decirte que con todas tus publicaciones siempre me haces recordar....un abrazo enorme Doris!!!!

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  6. Linda foto, gracias por alegrar con tu anécdota las lluvias de la sierra peruana.

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Y tu, ¿qué cuentas?