"La vida es demasiado fabulosa, para ser fabulada"
Dominique La Pierre



martes, 26 de octubre de 2010

Calabacitas con camarón

Desayuno, comida, cena: Calabacitas con crema

Sigo cansada y el esfuerzo que hay que hacer aún para terminar las tareas prioritarias del trabajo, exige que controle esta pesades de cuerpo y mente. Para colmo tengo el refrigerador lleno de verduras y si no me pongo a cocinar ya, nadie lo hará por mí.

En un afán de ahorrar minutos, decido no prepararme más desayuno que una taza de café. De ese modo uso este tiempo en cocinar las espinacas y calabacitas que tengo almacenadas. Algo rápido y sencillo pero cocinado a fuego lento.  El alma de toda la cocina de la mami era esa, cocinar a fuego lento, picar y acitronar bien la cebolla y el ajo que llevaban de base casi todos sus platillos, y preferir el aceite de olivo a cualquier otro. Yo simplemente me apego a las reglas.

Para la crema de espinaca utilizo mantequilla: Un trozo de cebolla acitronado en mantequilla dos tazas de espinacas cocidas, una taza de leche evaporada, una taza y media de caldo de pollo. Licúo todo, lo cocino a fuego lento, añado dos cucharadas de crema al primer hervor, lo retiro del fuego y le doy un toque fresco adherezándolo con una cucharada de rayadura de limón. La diferencia entre que los niños se la coman o no es la rayadura de limón, que la vuelve más ligera y suave al paladar.

Para las calabacitas pico finamente un cuarto de cebolla y la acitrono en aceite de oliva, agrego tomate rojo picado en cubos, calabacita picadas en cubos, una cucharada de concentrado de caldo de pollo y dejo a fuego lento que que cocine hasta obtener una textura crocante en las calabacitas, añado camarones salados ( Ni secos, ni frescos: salados), tres cucharadas de perejil picado, retiro del fuego y tapo. El puro vapor se encargará de que los camarones impregnen de sabor todo el guiso.

Si lo pienso bien, todas las cosas que valen la pena en la vida deberían de cocinarse con los principios de mi madre: a fuego lento, con buenos ingredientes de base y siguiendo una receta sencilla. Con calma y sin complicaciones, así es como se saca adelante un trabajo exitoso, como se cultiva un amor o como debería de criarse un hijo. Siempre despacio, dándo tiempo para que la rica naturaleza de cada elemento, suelte su sabor sin violentarlo.

Hoy que Sofía ha hecho un par de travesuras graves, me ha costado mantener la paciencia y respetar esta regla, máxime cuando se ha soltado a berrear descocida atentando de lleno contra mis frágiles nervios atormentados por el deathline del trabajo que debo completar... pero debo encontrar la manera para bajar la flama y dejar que saque su jugo, o tendré que lamentarlo como se lamenta un guiso sobre cocinado, al que no se le ha regulado el fuego.

En el amor lo mismo, siempre arrebato las cosas por echarles de lleno toda la flama, chamusqueando irremediablemente a los objetos de mi afecto... tanta prisa sabe a miedo. Mejor despacio, sabroso y confiado. Total, lo que tenga que pasar, pasará.

1 comentario:

  1. Muy bueno...y que razon tienes...oye que rico debe estar eso...me gusta el nuevo rumbo con la mezcla de las recetas de cocina y alimentos con la vida diaria....por cierto ultimamente me he puesto a seir a Jamie Oliver y sus recetas de 30 minutos... diria echale un ojo si te gusta cocinar, hacer cosas ricas, nutritivas y faciles. Saludos =D

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