"La vida es demasiado fabulosa, para ser fabulada"
Dominique La Pierre



sábado, 26 de febrero de 2011

You Pulled Me Through

El día de hoy dos acontecimientos contrastastantes tuvieron lugar para mí. Por un lado disfruté las mieles de sentir mi corazón a salvo y por el otro, fui testigo de un corazón roto y absolutamente desconsolado.
Cargar a otros con la responsabilidad de la propia felicidad es un acto kamikaze contra la confianza en uno mismo. Es literalmente intercambiar nuestras  alas por un rollo gigante de cinta industrial y rogar que te aten con ésta de pies y manos. Depositar en otro toda nuestra capacidad de ser felices, es optar por arrastrarnos, cuando tenemos la posibilidad de planear elevándonos por los cielos.
Esta decisión de reptar, explica la pérdida absoluta de perspectiva sobre lo que es la propia vida o incluso la existencia del universo.
Nuestro campo visual se reduce unicamente a no perder de vista las botas del depositario de nuestra plenitud, para mantenernos siempre tras sus pasos. Con razón termina uno siempre todo enlodado, sangrante de raspones, tapizado de polvo, rebajado al gusano en el que decidimos tornarnos. Y de la pobre víctima elegida para cargar con nuestra carencia afectiva, ni qué decir, llegará mucho antes a un punto de hartazgo tal, que le hará imposible reprimir su necesidad de patearnos en el mejor de los casos, si no es que decide aplastarnos con un iracundo pisotón, absolutamente justificado.
Las carencias afectivas son muy fáciles de cultivar, al tiempo que representan uno de los retos más grandes en la carrera hacía la madurez personal. Por tendencia natural, los seres humanos creemos que ese vacío de afecto debe ser llenado por un otro, lanzándonos a una cacería extenuante para encontrar a ese alguien tan grande, como para colmar nuestra hambre de amor. Con la vista al frente y el radar alerta, siempre buscando fuera lo que sólo puede ser satisfecho desde adentro.
Se sugieren infinitas maneras de conectar con nuestro yo interno, motor de libertad e infatigable dador de amor y satisfacción personal:  Orar, meditar, ejercitarte; abrazar una fe, insertarte en una comunidad, hacer trabajo social. Practicar yoga, escribir un diario o consultar a un terapeuta. Leer, escuchar música o abrazar los sagrados silencios. Las opciones son infinitas, pero yo sólo creo en una, la única que a mí me ha funcionado: Hacer lo que amas, eso que nadie hace como tu, lo que nunca te cansa, lo que siempre te entusiasma.
Si bien es sabio amar lo que haces, es mucho más prudente llevar tu ser al límite que sea necesario, para hacer lo que amas mejor.
Encontrar nuestro "trademark", admirarlo, cuidarlo y arriesgar lo que sea preciso para construir nuestra vida en torno a esa infinita creación, tan singular y perfecta como nosotros mismos. El camino será mucho más largo, los esfuerzos ininmaginables, pero la satisfacción no podrá compararse a ningún otro placer pasajero y el cansancio podrá visitar nuestro cuerpo, pero jamás doblará nuestra voluntad.
Hacer lo que amamos, incluso si no tiene reconocimiento social o profesional, logrará  fortalecer nuestras alas, convirtiendo la tentación de mutilar nuestra libertad, en una opción inexsistente, incluso si Brad Pitt viene a proponernos matrimonio. La fuerza interior generada por este ciclo insesante de creación personal, será más bella ante nuestros ojos, que la criatura más deslumbrante que pudiera aparecer ante nuestros ojos.
Por eso la próxima vez que sientas el corazón roto y tu espíritu fuera de centro, en lugar de salir corriendo a buscar a tu pareja o asfixiar en abrazos a tus hijos, tomate un segundo para ver si estás haciendo lo que amas. En caso de no hacerlo, empieza en ese momento, aunque sea como hobbie, pero invierte horas en sacar tu "muchosidad" a la luz del sol, de ésa forma que tú sólo sabes.
Para mí es simple, si Jennifer Hudson pudo superar el asesinato de su familia cantando, que es lo que ama hacer, todos podemos superar cualquier vacío produciendo "eso" que nos encanta.


3 comentarios:

  1. ¨Las carencias afectivas son muy fáciles de cultivar¨
    Adorei!

    ResponderEliminar
  2. Muy buena conclusion, hay que hacer lo que nos gusta y nos hace felices, eso nos hace olvidar el resto, otro ejemplo a lo Hudson es Eric Clapton y su Tears in Heaven para dejar ir de una vez por todas la tragedia de su hijo.
    Saludos !!!

    ResponderEliminar

Y tu, ¿qué cuentas?