"La vida es demasiado fabulosa, para ser fabulada"
Dominique La Pierre



domingo, 22 de agosto de 2010

Casanova

El juego de la seducción puede ser riesgoso y truculento para una idealista come libros como esta Chiu, especialmente si la casualidad la pone frente a un ladrón de corazones, de esos que se llevan tu alma con la pura mirada. No hay tiempo para defenderse, ni siquiera para dar batalla; por sorpresa cruza sus ojos con los de uno y se lo lleva todo. Como diría Fito Páez “Te ví, te ví, te ví… yo no buscaba a nadie y te ví”.

El peligro no reside tanto en el robo sorpresivo, sino en que los ladrones de corazones, son seductores profesionales que cazan por placer. Ningún goce se compara al de confirmar una y mil veces, su capacidad de conquista irreductible. Incluso llegan a hacer creer a sus víctimas que las dejan libres, sólo para contraatacar y reproducir su victoria varias veces.

Nunca se quedan, pero jamás se van; marcan su territorio con fuego y se valen de innumerables argucias para mantener su presencia en el corazón que se apropian, aunque anden a la caza de otros tantos.

La idea de verse presa de esta especie de esclavitud afectiva, suena odiosa, denigrante incluso para el independientísimo ánimo femenino moderno; sin embargo quienes lo hemos vivido, coincidimos en que es una experiencia con más placeres que sufrimientos, aún cuando la fugacidad de la misma nos deje deshechas por semanas.

 No en balde los grandes seductores de la historia se volvieron legendarios. Y es que el robacorazones no es un bribón vulgar que conquista y se va con afán de burlarse o humillar. El auténtico Casanova es un artista muy pagado de sí mismo, que toma gran esmero en cincelar su retrato en el alma de sus seducidas, de suerte que siempre resulte un gusto contemplarlo.

Elige con cuidado a sus víctimas cerciorándose de que posean las cualidades necesarias para que su reflejo en ellas, tenga el brillo que su genio amerita.

La contempla, la estudia y la entiende para no usar con cada una sino las palabras que harán eco en su ser. Odia las frases hechas y huye de las generalidades; lo suyo es el detalle exquisitamente personal, a medida, único. Su lenguaje es la mirada, pues sólo en la luz de los ojos puede saber si sus mensajes son recibidos como él desea.



El seductor se va y deja corazones rotos, ulceras o incluso cuadros graves de colitis nerviosa; el seductor se va y las horas son muy largas en su ausencia; el ladrón se marcha y duele no poder atraparlo, pero deja la satisfacción de haber merecido ese instante de magia a su lado, finalmente se tomó la molestia de hacerlo inolvidable.

Hace años una amiga muy querida cayó en las redes de uno de estos personajes y yo lo odiaba por lo que le había hecho a mi niña querida. Ella por el contrario, siempre sonreía cuando hablaba de él y me decía:

- Sólo vas a entender, cuando tengas la suerte de ser absolutamente seducida.

- ¿Suerte? – le contestaba yo siempre indignada – Ese bicho te secó el cerebro también y por eso lo llamas suerte



Unos ocho años después de ese evento, me estaba tomando una copa con una amiga en un bar. En la mesa estaban varios amigos de ella a los que yo no había puesto particular atención, cuando de repente, lo ví, me vió, me atrapó y me regaló muchos buenos ratos. Meses después se marchó y yo tomé el teléfono para marcarle a mi vieja amiga:



- Tenías razón – me escuchó decir al otro lado del auricular- ya me tocó la suerte de ser seducida y estoy llorando a mares.



- No te preocupes – me contestó entre risas- el dolor se olvida pero la experiencia nunca.



"No te llamo mío, comprendo que jamás lo fuiste, y por eso me siento castigada duramente, por haberme asido a esa idea como a mi única alegría. Pero te llamo mío, mi seductor, mi embaucador, mi enemigo, motivo de mi desventura, sepulcro de mi dicha, abismo de mi desdicha".



(DIARIO DE UN SEDUCTOR, Sören Kierkegaard)








2 comentarios:

  1. Es parecido a un estafador con clase?
    Suena interesante, y claro está que no he sido seducida. No creo que suceda.

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  2. Chiu, creo que muchos hombres pretenden ser casanovas pero realmente pocos son los que lo logran.
    Creo que quien tiene esta personalidad nace en un ambiente que lo lleva a ser de todos y de nadie, pero ¿sabes qué? al final para ellos la vida tiene un gran hueco porque nunca terminan de "darse" y nunca "acogen" a nadie en verdad. ¡Más ganamos quienes nos quedamos con un poco de ellos! Lunita

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