"La vida es demasiado fabulosa, para ser fabulada"
Dominique La Pierre



domingo, 1 de agosto de 2010

Instantes eternos

Sobre todos los regalos que he recibido, sin querer menospreciar ninguno, mis favoritos son la canciones. Recibir un regalo hecho música, lleva garantía de perpetuidad, porque sus notas se te cuelan en el alma y ahí anidan para siempre.

Una canción, sobre la que se te da pertenencia, puede lograr efectos muy variados. Algunas veces lleva ocultos secretos entrelineas. Otras son diáfanas declaraciones de amor y pasión; las más, simplemente buenos deseos.

Yo por lo general regalo canciones para hacer reír a alguien, hacerle saber que lo recuerdo o simplemente entrar en sintonía. 

Los días nublados afloran mi cara dura y no tengo ningún empacho en pedirle a alguien que me regale canciones. Quizás sería más fácil escoger uno de mis CD's o encender mi IPOD, pero entonces mi alma turista no tendría el doble placer del descubrimiento y la música en un sólo golpe.

En el arcón donde guardo mis regalos musicales, se encuentran todos los géneros, gustos y estilos. Comerciales, clásicos y cultos, más allá de la perfección de sus notas y acordes, se han convertido en burbujas de belleza en compañía. "Instantes eternos" donde disfruto la presencia de quienes me han compartido un trocito de su ser hecho canción.

La mami me regaló La Vida en Rosa, la versión de Mirelle Mattieu era su preferida porque decía que en su trinar, la gorrioncilla francesa transmitía toda la intensidad con que los franceses saben disfrutar del amor y la vida.

Papá me donó That´s Life, con su ídolo Frank Sinatra al que nadie podría imitar o asemejar.

Mi abuela me dio Solamente una Vez, con Agustín Lara y me jodió la vida, me hizo cantarla tantas veces que por años estuve convencida que, "una vez nada más en mi huerto brilló la esperanza"... y vaya faena en la que me metí.

Con Burbuja desgastamos a Rick Astley y su Together Forever con tanto gusto, que le robamos su modjo y no pudo hacer más que dos discos, antes de desaparecer para siempre.

El encuentro con Su quedó marcado por Los Beatles y Hey Jude, no sin antes tratar de descubrir todos los mensajes ocultos acerca de la muerte de Paul, girando la colección entera de acetatos de los escarabajos al revés, sin mucho éxito por cierto.

La Araña, pues ya lo saben, Qué increíble es la distancia y su poderoso hechizo.

Pimpoño y la Sombra, Peor para el sol con el poeta de las quinientas noches, el flaco de Ubeda, el genial Sabina.

Peter Pan me arrulló unas mil quinientas noches con Tom Sawyer de Rush... si es que la guitarra de Lifeson puede dejar dormir a alguien.

El Doc norteño A fuego lento y la aguardientosa voz de Rossana; Da Vinci La célula que explota; Barbarito, Upps! I did it again; Verito Inevitable; Ciberdor, Pepé; Ranelli, Mariposa Technicolor; Ada, Un año más; Vikina, Love is Gone; Shiu, Kaleidoscope; Nice, I got life con la entrañable Nina; Dany, Lucky; Febo, I love you Porgy; July, Ten miedo de mí; Barby T, Contigo y nunca acabaría...para mi buena suerte.

La música es una amiga leal e incorrompible; reflejo angelado de belleza y libertad; polvo de hadas que permite volar, vencer miedos, recuperar la calma. Si resulta además que es una canción regalada, se convierte también en un espacio mágico en el que se encuentran las almas. 

¿Cuántas canciones te han regalado en la vida? Mientras lo piensas yo aquí te regalo una.




2 comentarios:

  1. LA MUSICA, ALIMENTO PARA EL ALMA!!!
    Muy bueno, Un beso grande! ADA

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  2. De verdad que la musica si nos deja etiquetas para toda la vida. Saludos!!!!

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