La línea entre disfrutar la vida y temerla es tan sutil, que por eso cuesta tanto recuperar la correcta perspectiva cuando nos invade el miedo...
No es lo mismo escalar una montana llena de cansancio y miedo, que con el pecho hinchado de entusiasmo por la aventura.
Es largo y espinoso el camino pero la certeza de la victoria es inquebrantable y por eso seria un desperdicio negarse un triunfo certero, hay que mantenerse siempre situada en la belleza...
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