Cuando uno arriesga el alma, se crean vacíos abismales que requerirán mucho trabajo, tiempo y paciencia para volverse a unir... Y cuando quedan del otro lado del barranco los que más quieres, se quisiera poder tender el puente de un sablazo para volver a disfrutar su compañía, pero eso es imposible.
Hace unas semanas, hice que la vida me reventara en la cara. Conforme pasan los días, voy encontrando los pedazos de mi persona y cachitos rescatables de mi historia, para poder unirlos de nueva cuenta. Una doctora amiga, me recomendó hacerlo a ras del suelo, buscar mi raíz, hacer tierra con todo lo que eso implicara. Su consejo me pareció acertado: Si me puse a mi misma en posición de reconstruirlo todo, pues habrá que hacerlo desde el piso y en perfecto orden... Como cualquier escenario de una explosión, el caos es difícil de sistemar, el orden labor exhaustiva y la reconstrucción dolorosa, solitaria, muy sacrificada, pero la voluntad de rehacer la casa sigue viva y esa es la bendición que me sostiene. El ritmo de avance para lograr visualizar el rompecabezas, es pausado y confuso... no queda más que seguir trabajando, buscar ayuda y esperar que el tiempo sea propicio para saber qué y cómo se debe hacer lo necesario...mientras, el viento seguirá llevando al horizonte la misma petición, que encuentre el camino, que la luz aclare el entendimiento y la voluntad no me falte para reinventarme con orden.
"Follow your bliss & God will open doors for you where there were only walls"
Oprah Winfrey
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