"La vida es demasiado fabulosa, para ser fabulada"
Dominique La Pierre



miércoles, 21 de julio de 2010

CIBERDOR

Nunca, hasta que nacieron mis hijas, había sido fan de las Navidades. Mi única ilusión en las fechas decembrinas era comerme una buena torta de Bacalao.... lo demás podría omitirse sin problemas. El año que siguió a la muerte de mis padres, mi natural espíritu Grinch antinavideño, se intensificó por obvias razones.



Ese 24 me llovieron las invitaciones por parte de todos mis compañeros de trabajo, para que pasara las fiestas con ellos. Hábilmente las fuí esquivando inventando una maraña de mentiras. Se dieron las siete de la noche y yo pensé que la había librado, cuando de repente, veo aparecer tras la puerta de mi oficina, a la astuta Ciberdor que se había escondido en el pasillo para cazarme en el último minuto y hacerme celebrar la fiesta en compañía.

Ciberdor era una jovencita con la más hermosa y versátil de las sonrisas... Era capaz de decírtelo todo con una sonrisa: si estaba contenta sonreía haciendo con sus labios una línea amplia y delgada, que le cruzaba toda la cara... cuando estaba pícara, su sonrisa era un poco más ovalada y cargada hacia su pómulo izquierdo, inyectándole una chispa a sus ojitos traviesos; si estaba aburrida, hacia una sonrisa invertida con los labios y con los ojos te decía "anda entreteneme"; si estaba triste... la sonrisa se hacía aún más delgada y larga pero no iluminaba sus ojitos picarones. Afortunadamente casi nunca la ví triste

Enojada sí... cada vez que nos ibamos de antro, es decir una vez por semana, se ponía furiosa cuando, al sonar alguna rola de Molotov, yo brincaba con mis enormes plataformas negras y caía toda sobre sus piececitos de princesa, descargando el peso de mis cincuenta y seis bofos kilos, hasta sacarel lágrimas de dolor.... sonreía enojada y me empujaba diciendo:

- Vete a bailar a otro lado Borbichiu!!! Deja de aplastarme... mmm. - y así repetía caaaada semana... El apodo de Borbichiu me lo puso un sábado en la tarde, cuando tras haber agotado todas las sodas de su despensa, decidí hacerme un trago con Dan-Up de Piña Colada y Bacardí Blanco... por qué no? Era una piñacolada un poco ácida, que igual me ponía alegre.

Ciberchiu se convirtió en mi amiga aquella nochebuena, que me pescó a la salida de la oficina para llevarme a festejar con ella contra mi voluntad. Desde esa noche se burló de mí, con gracia y yo se lo he permitido siempre de buena gana. La burlilla comenzó ésa misma Nochebuena, cuando camino a su casa, le pedí que pasaramos por unas medias. Lo único que quedaba en nuestra vía era una Mega atiborrda de gente histérica arrebatandose panes, vinos y refrescos... las únicas medias que quedaban en la estantería eran unas Dorian Grey color Juvenil, que contrastaban "lindo" con mi faldita rosa. Parecía una de esas muñecas de trapo, que traen las piernas cafes, la falda rosa, la blusa roja y la cara blanca... Una visión perfecta de Pinki Dinki Doo a mis 23 años. Menos mal que no había ningún chico casamentero en esa cena de Navidad, asi pude hacer el ridículo sin perder oportunidades románticas.

Pero mi imagen caricaturesa jamás se borrará de la memoria de Ciberdor, y siempre podrá sacarla a relucir para reñirme si la molesto en algo.

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