"La vida es demasiado fabulosa, para ser fabulada"
Dominique La Pierre



jueves, 9 de diciembre de 2010

La vida es mejor cantando

Es increíble la mala memoria que puede tener uno para las cosas que realmente conviene tener presentes. A mí por ejemplo se me olvida cuánto bien me hace cantar.

En mis épocas perfumeras, Dianita siempre decía que a ella le gustaban las canciones que "se cantaban", refiriéndose a esas bien contadas, claramente articuladas en las que es posible desfogar el alma. Es decir las que no son disco ni techno. A mí me daba mucha risa, porque me parecía muy romántico su comentario y porque había olvidado, cuánto me libera cantar, creo que aún más que escuchar música. Fue mi hobbie desde muy niña, mi padre hasta me grababa cintas, pues como buen padre cariñoso le parecía que mi voz era maravillosa. Definitivamente no hay como el amor de un padre...

De ahí en adelante me enrole en cuanto coro pude participar: El del colegio, el de Zárraga en Cristo Rey, el del convento.... De hecho estoy convencida que ese constante cantar, fue uno de los factores que más dulces hicieron mis años allá adentro. Cada martes por la tarde, una monja que dirigía uno de los coros de la Basílica de San Pedro, iba a darnos clases de canto y fue ahí donde aprendí a inflar el diafragma para no raspar la garganta, que la música se canta dibujándola en el aire, para tomar las notas desde arriba, flotando al vaivén de la música, nunca saltando con desesperación por alcanzarlas. Se canta en vuelo elevado, nunca arrastrándose por el suelo y en ese vuelo se aligera toda la vida, toda la mente, todas las cargas...

Quizá era por eso que le cantaba a Sofía mientras la amantaba, así me pesaba menos el desvelo de cuidar a la bebita.

En estos últimos días, he encontrado gusto por cantar con Emmanuel, disfruto mucho el detalle con que narra cada historia y la claridad con que vocaliza una a una las palabra, así como lo variado de sus temas, que van de lo quasi-pornográfico hasta lo abstracto, envueltas en matices de rica textura en sus arreglos musicales... Simple, pero con clase; clásico y actual; cursi y bizarro a la vez. Como todo en esta vida, son etapas, no sé con quien me gustará cantar mañana, seguramente me pegaré a Bunbury los días intensos, a Sabina cuando el viento sea bohemio, a Juanga y a Chente cuando traiga el corazón partido, a Bosé por el mero gusto y cuando le dé toda la vuelta a mi expectro de emociones, regresaré sin duda a Eddie Vedder ponerme en sintonía con mi alma rebelde.

Sabrá Dios a cuántos les haré segunda voz al desgranar los días, pero lo que sí sé es que tengo que cantar.


2 comentarios:

  1. Me recordaste que a mi tambien me gusta auqnque nunca he tomado clases pero hoy nadie escucha mis aullidos asi que en este momento voy a poner Mecano y a darle rienda suelta al pulmon!
    Belen

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  2. Me encanta este post, porque es la neta nada mejor para sentirse bien... yo no lo hago con Emmanuel pero para todo momento tengo un grupo que encajara perfecto....algun dia tenemos que aventarnos un dueto en algun karaoke o de perdis una reta en el rockband ;) LOL
    Keep on rocking in the free world !!

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