"La vida es demasiado fabulosa, para ser fabulada"
Dominique La Pierre



sábado, 2 de julio de 2011

La solitaria hora de la rabiosa envida

En la solitaria hora de la rabiosa envidia, le reclamo a mi cuerpo no tener las mieles que te encantan
Miro con ira el cadencioso ritmo de las caderas que sí te atrapan
Estiro mis manos a la nada y anhelo el tiempo en que sea capaz de dejarte ir

Si no sintiera vértigo, me soltaría de tí
si no me doliera el vientre en tu presencia, me quedaría contigo
Si lograra no quererte, pasaría de largo sin percibir tu alma y lograría por fin enterrarte en el olvido...
Mejor aún, odiarte por no verme, reprocharte con bravura, que te atrevas a pasar de mi.
En la rabiosa hora de la solitaria envida, tu ausencia es infinita y mi alma apunta a huir de tí.

Celos

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