"La vida es demasiado fabulosa, para ser fabulada"
Dominique La Pierre



jueves, 10 de junio de 2010

CARTA A MI LUNA

Mi Luna querida,
Ayer me preguntabas cómo descubri la razón de mi manera de reaccionar, refiriéndote a mi actitud autoboicoteadora, en mi romance frustrado con Spiderman...
Es una pregunta muy complicada y me gustaría dar una respuesta simple...
Cuando tú eras una hermosa bebita de cabello enrulado, ibamos a menudo juntas a la playa. Tu mamá con su simpática plática, tu papá cámara al hombro, Ye. en pañales, y todo el primerío.
Una de esas mañanas, tu papi me enfocó con la cámara y quizó grabarme en video... cuando yo me dí cuenta, sentí muchísima pena. Me empecé a encojer y para esconderme detrás de alguien, te tome de la mano y empecé a hablarte sin ton ni son.
Tu desde entonces eras una bebita muy hermosa y segura de ti misma. Caminabas siempre herguida y arqueabas la ceja cuando alguien te hablaba. Siempre serena, no regalabas a quien fuera tu sonrisa... si alguien te agradaba, te acercabas con tu porte de princesa, te quedabas escuchando lo que decían y entonces te integrabas al juego.
Te preguntarás qué carambas tiene que ver esto con la respuesta a tu pregunta. Sencillo: Habemos personas que nacemos con una necesidad desmedida de agradar a otros. Nuestro afán por caer bien o ser buenos, a los ojos de los demás, es tan grande, que nuestra sóla persona no nos parece suficiente cuando el lente nos afoca... Nos encogemos, nos escondemos, ó huímos al no comprender que, jamás agradaremos a nadie si primero no nos agradamos a nosotros mismos...
A mí me tomó muchos años aprender lo que tu sabías tan bien con tres añitos: Lo importante es que el otro me agrade a mí. En la medida que el otro me agrada, me estoy respetando a mí misma y ese es el indicador principal de que vamos en buen camino.
Desconfía de cualquier relación, del tipo que sea, en la que te esfuerces de más por agradar a otro, te estás traicionando a tí misma en algún punto. Estás sobre actuando, como yo lo hice esa vez en la playa, al descubrir la cámara de tu pa.  
Disfruta serena las relaciones en las que, con calma te acercas y empiezas a interactuar, sin mayor esfuerzo que el de seguir siendo tu misma...gozándo la toma, conectando con el lente.
Spiderman era un chico muy maduro, centrado. Tenía un plan de vida, una carrera bien trazada. Era prudente, respetuoso y me quería tal cual era. Yo me sentí poca cosa para él y preferí huirle... me hacían falta aún muchas horas frente al espejo, hasta descubrirme en él tan centrada, madura y capaz como para ser su pareja. Su igual...
Spiderman me concedió el deseo que le expresé aquella tarde, permaneció en mi vida como un hermano entrañable... No nos vemos por obvias razones, pero si alguna tarde me ofusco y necesito su cerebro, generoso me lo presta para que solucione mis problemas. Jamás ha hecho nada por mí, pero siempre me ha ayudado a entender cómo puedo hacerlo yo sóla.
Creéme Lunita que, si uno de estos días, se atraviesa por mi vida un hombre de su misma estatura, o mayor, ya no huiría...  haría como tu cuando beba. Si observándolo con calma veo que me agrada, me acercaré, escucharé lo que dice y me integraré al juego.

Lovya Moonwalker!

1 comentario:

Y tu, ¿qué cuentas?