"La vida es demasiado fabulosa, para ser fabulada"
Dominique La Pierre



viernes, 18 de junio de 2010

LA BRUJITA BOBABO

Al contrario de mis hijas, amantes naturales de las princesas, yo siempre sentí fascinación por las brujas. Desde la malvada Madame Medusa de Bernardo y Bianca, con sus hipnóticos ojos verdes; hasta la guapísima Maléfica saca corazones, todas ellas me parecían mucho más atractivas que  las inútiles princesitas suspira príncipes de los cuentos de mi época.

Esta fanaticada brujil, ha sido constante en mi vida. Aún recuerdo cuando, entrada en mis veintes, fuí a un Halloween en casa MasterChef y me sentí como Pez en el agua. Toda la casa llena de telarañas, arañas peludas y velas negras. Horripilantes bocadillos decorados a tono, esperpénticos coctéles púrpura y la símpatica Mastergolf enfundada en un perfecto disfraz de Maléfica.

¡Ayyy cuando la ví bajar con su amenazante mirada coronada por aquellos cuernos retorcidos!, no pude evitar burbujear de envídía. Se vía tan bien la condenada y yo en mis insíspidos jeans, porque no había dado tiempo de comprarme disfraz.

Mi frustración fue tal, que a partir de esa noche, decidí estar siempre preparada para tener una majestuosa brujil entrada a cualquier fiesta, de Halloween o no.

 Me renté Blanca Nieves y memoricé la espeluznante carcajada de maléfica. Ahora sí llevaría mi cacho de bruja a dónde fuera; opacaría cualquier disfraz con mi terrible risa brujil y mis duros ojos verdes de hechicera. Ja, ja, jaaaaaaaaaaaaa!

Cuando estaba esperando a Sofía, mi hija mayor, Ciberdor me invitó a la boutique en que trabajaba y me regaló un hermoso portapijamas en forma de tierno Granjerito, para tenerlo a punto y recibir a la nena. Mi tierna amiga, no contaba con que yo descubriría una bruja de enorme berruga y gorro en pico, escondida tras un armario:
- CiberDor, dame mejor la Bruja- le dije- ¡mira qué linda está!.
- Chiu, no se recibe a un bebé con una Bruja- me contestó indignada- ¿Qué te pasa?, vas a asustar a la beba



Sin embargo, fue tal mi cara de desilusión, que conmovida mi linda Ciber, sacó la bruja y dijo:
- Anda pues, lleva el muñequito para la beba y la Bruja yo te la regalo a tí- me miró moviendo su cabeza en gesto reprobatorio, y añadió- Siempre lo he dicho, ¡Eres una brrrruja!



Y yo le contesté con mi horripilante carcajada:
- Ja, ja, jaaa!



Hay tres cosas que me encantan de mi misma: Mis ojos, mis piernas y esa ruda vieja bruja que vive en mí, dispuesta siempre a dar batalla y sacarle el humor negro a todas mis pendejadas.

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