"La vida es demasiado fabulosa, para ser fabulada"
Dominique La Pierre



sábado, 5 de junio de 2010

LA DESAPARICION

Aterrada ante mi inutilidad... (asumida, porque con el tiempo he descubierto que ni era tan bruta), para ser una ama de casa a la altura de las circunstancias, decidí desaparecer una vez más. Huir de mi amado superhéroe.

Como ustedes bien lo comentaron, el hecho en sí fue muy estúpido.... La forma en la que lo hice, lo fue aún más.
Me levanté de la cama con ojeras hasta el piso y la firme resolución de ejecutar otro de mis legendarios actos de magia ilusionista.

Spiderman y yo habíamos quedado para tomar un café por la tarde. Nos citamos en El Péndulo de Polanco.... dato por demás revelador de su interés en verme. Spiderman vivía al sur de la ciudad, y a pesar de sus poderes arácnidos, opinaba que el amor moría en el Periferico..... Sin embargo esa tarde cruzó el periferico para encontrarse conmigo.

Llegúe antes que él y me ubique en una mesa de la veranda, para poder ver cuando llegara. Apareció al poco rato con una sonrisa encendida en el rostro.... sonrisa que se fue apagando en cuanto leyó mis intenciones con la mirada.

Lo supo en cuanto me vió.... me dijo que hablara yo primero. La noche anterior habíamos quedado en pensar bien "las cosas". No le costó mucho, descubrir lo que había pensado. Me plantó su mejor cara de Póker, con una media sonrisa congelada y me escuchó sereno:

-Araña, te quiero demasiado para andar contigo- le dije- si somos novios y terminamos peleados, te perderé para siempre y no puedo pensar mi vida sin contar contigo. Ya no tengo a mis padres y no quiero perderte a tí también.

El aire se me acabó y cerré la boca. Mis labios se tocaron uno con otro en un rasposísimo roce. Entonces lamenté con todas mis células lo que acababa de decir.

La mesita de café para dos en la que estabamos, se convirtió en un tablón gigantesco e interminable, cuando quise alargar mis manos sobre ella para tomarlo del cuello y decirle que no era cierto nada de lo que había dicho.... pero mi turno había pasado y el tomó la palabra en ese momento:

- Pues me dá mucho gusto que pienses eso, yo opino exactamente lo mismo - me contestó- Somos muy diferentes y si estamos juntos vamos a terminar sacándonos los ojos.

El mundo entero se me fué por un sumidero en ese momento.... y no lloré por mi estúpido horror al ridículo. Me hubiera encantado que mi Araña decidiera meterme en cintura y marcar la reglas del juego. Que estallará en enojo, como la noche anterior cuando me depedazaba a reclamos, y me dijera que estaba loca, me llevara consigo y no me dejara escapar jamás....

No lo hizo, en cambio, ahí mismo me mandó derechito a la chingada, en un Home Rome magistral, ejecutado con el bate que yo mismita había tallado.

Regresé a casa, me acosté de nuevo, sóla... y no dormí por segunda noche consecutiva.

En esta ocasión pensaba por qué demonios le tenía tanto miedo al hombre de mis sueños.... ¿Cómo podía soñar algo, verlo realizado y entonces autonombrarme no merecedora de mi sueño?

Harían falta muchos años para lograr descubrir las raices de mi boicoteadora baja autoestima. Mientras tanto emprendía de nuevo la huída, sin que ninguna telaraña se interpusiera en mi camino, para evitarme escapar.

Absolutamente harto de mis ires y venires, el hombre de mis sueños continuo su vida y me borró de su corazón para siempre. No pasó mucho tiempo antes de que conociera a una hermosa y prudente Mary Jane, que no lavaba con Vel Rosita y se casó con ella.

El día que me enteré de su matrimonio, lloré mucho rato, muy fuerte y muy sentido. Esa noche tomé mi almohada y me fuí al Sofá de la sala. Intentar dormir en mi cama me causaba vértigo. El sofá que era más estrecho, llenaba mejor mis noches, y en la sala me quedé por meses, hasta que dejó de doler.

Fue un cuatro de julio, nunca olvidaré la fecha. Spiderman se convirtió en papá de una hermosa arañita que heredó la chispa de su mirada y su coqueta sonrisa. Cuando la conocí en una foto que llegó a mí por casualidad, recuperé el ritmo de mi respiración.

LLegué a casa, recogí mi almohada y regresé a mi cama... Por alguna extraña razón ver a mi Araña soñada abrazando a su arañita, me curó el mal de amores y me dió ilusión para dejar atrás al hombre de mis sueños y salir al encuentro del Hombre de mi Vida.






5 comentarios:

  1. Este tipo ha de haber sido muy Pendejo.

    Bueno, luego nos vemos. Mi Arañita me habla.

    ResponderEliminar
  2. estoy de acuerdo con anonimo, QUE PENDEJO jejeje...quedo en espera del tercer capitulo

    ResponderEliminar
  3. Ey que pasò??? me quedè picada¡¡¡ còmo descubriste la razòn de tu manera de reaccionar?? saludos¡

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar

Y tu, ¿qué cuentas?